Arrancamos las competiciones con tres de nuestros integrantes más activos: Victor Bernad, Guillermo Cordero y Juan Pablo Quijada.
Victor arranca una temporada llena de objetivos y multitud de pruebas como por ejemplo duatlones, triatlones, trails, etc...
Guillermo debuta en 2013 con el equipo y competirá tanto con Triatlon Evasión Castellón como con CC In Race.
Por su parte, Juan Pablo, comienza su temporada con un buen reto, un trail de 93km por la Sierra Calderona.
Podéis leer la crónica que ha realizado para contar su experiencia:
 GR-10 XTREM 2013 VALENCIA (PUZOL-ANDILLA) 96KM.
 
 Suena el despertador a las 3:00am., el día empieza muy pronto y no hay 
tiempo que perder, así es que me levanto de la cama, me voy al baño, me 
aseo y me pongo "el traje de faena". 
 Seguídamente me voy a la 
cocina, donde tengo la mochila preparada con todo lo necesario para la 
carrera y la bolsa con ropa de más por si hay que cambiarse a lo largo 
de la carrera. Todo está listo, así es 
que me preparo el desayuno... un vaso de leche, galletas, un pastel de 
cabello de ángel y un plátano, a parte, las vitaminas, que falta me van 
ha hacer a lo largo del día.
 
 Mientras me como todo lo citado 
anteriormente, mi cabeza no deja ni un instante en darle vueltas a todo 
lo que va a suceder. Se hace la hora de partir, voy a la habitación y me
 despido de Isa y de Laia, que duermen plácidamente. Paso también al 
cuarto de Marc y le doy un beso y una caricia. Salgo de casa 
sigilosamente y bajo a la calle, donde ya esperan Cesar y un par de 
compañeros de su club. Nos saludamos y rápidamente llega Bau con el 
coche. Más saludos y abrazos, se notan los nervios que todos tenemos. 
Muchos entrenes juntos y muchos kilómetros para preparar ésta carrera y 
ya está aquí. 
 
 Cargamos las bolsas y las mochilas al coche y 
nos vamos al siguiente punto de encuentro, el Rte. Jonatan (punto de 
encuentro antes de los entrenes para tomar café). Allí acuden Marce, 
Lara y Patricia, que bajan de Alcora y nos tomamos el café de rigor 
mientras el tema del día no varía. Todo es el Ultra jejeje...
 
 A
 las 4:00am. partimos ya dirección a Puzol, concretamente al 
polideportivo, punto de salida del Ultra. Nada más aparcar, nos vamos a 
por los dorsales. Ya hay bastante ambiente, se respira tensión, ilusión,
 respeto, nervios,... Nos vamos a retirar los dorsales y, al hacerlo, 
nos dan la chaqueta y un par de calcetines conmemorativos del Ultra. De 
ahí al coche nuevamente para cambiarnos y coger las mochilas. Una vez 
preparados, estiramos un poco y nos vamos a la salida. Busco con la 
mirada a ver si encuentro a Andrés Aguas y a Andrés Navarro, que también
 participan en la carrera, pero no consigo dar con ellos. Tan sólo 
quedan 10 min. y ya están todos los participantes preparados. Nos dan 
las últimas indicaciones mientras realizamos los últimos estiramientos y
 pasamos el control de dorsales. De ahí a la salida definitiva, así es 
que últimos ánimos entre nosotros y preparados para los 96 km. de 
auténtica aventura.
 
 Por fin se da la salida!!!... el ritmo es 
rápido, pero no excesívamente. Hay mucho camino por delante y las prisas
 no son buenas compañeras, así es que nos reagrupamos Marce, Cesar, Bau y
 yo y a un ritmo muy cómodo comenzamos los primeros kilómetros de 
carrera esperando ya las primeras rampas, ya que llegan prácticamente de
 salida con una fuerte subida. Es totalmente de noche, pero a pesar de 
eso, con la luz de los frontales de los participantes se ve el camino 
perfectamente, es más, la mayoría de nuestros entrenes para éste Ultra 
han sido con frontal, así es que nos sentimos bastante cómodos. 
 
 Comenzamos la primera subida y el ritmo es muy llevadero, se camina 
mucho, que hay que guardar fuerzas para momentos más complicados y entre
 comentarios y risas, llegamos a un tramo precioso pero muy complicado. 
Es un tramo bastante vertical donde prácticamente hay que escalar y es 
lo que toca hacer. Se hace algo de tapón en ese tramo y mientras 
esperamos nuestro turno de paso, echamos la vista atrás y la vista es 
espectacular... el montón de lucecitas de los participantes que se ven 
siguiendo el camino y acercándose hacia donde nosotros estamos. 
Impresionante. 
 
 Conseguimos pasar el tramo complicado y 
proseguimos nuestra marcha, sin prisas pero sin pausas. Nos acercamos a 
Segart, pero antes, el tramo más complicado y precioso de toda la 
carrera, un paso de escalada, más difícil que el que habíamos superado 
anteriormente, el cual tiene hasta cadenas para poder subir. Son 
prácticamente paredes de piedra por donde hay que escalar e incluso un 
paso entre rocas por donde pasamos muy justitos con las mochilas. Lo 
dicho, el tramo más impactante de la carrera.
 
 Continuamos y nos
 encaramos a una fuerte bajada, con mucha piedra suelta y bastante 
pendiente, pero los cuatro juntos, encabezados por Cesar, que es quien 
nos va guiando durante toda la carrera. Hemos completado unos 15 
kilómetros y ya hemos acumulado 700m. de desnivel positivo. Nos 
acercamos al primer punto de control, en Segart, donde llenamos las 
botellas de agua y comemos un poco de chocolate, membrillo, bebemos coca
 cola y proseguimos la marcha sin encantarnos mucho. Primer objetivo del
 día cumplido!!!... 
 
 Ahora nos encaminamos hacia el segundo 
punto de control que esté situado en Serra. Seguimos a buen ritmo y 
todavía vemos a bastante gente, aún está todo muy compactado. Sobre el 
kilómetro 22, a Marce le entra un apretón, y mientras hace sus 
necesidades, el resto aprovechamos también para hacer las nuestras y 
así, en una sola parada aprovechar todos y no tener que estar parando 
cada dos por tres (estrategia de carrera jejeje...). Marce comienza a 
resentirse de unas molestias que venía arrastrando entrenes atrás, pero 
va capeando la situación y aguantando muy bien. Reanudamos la marcha y 
poco a poco nos plantamos en Serra. Parada muy rápida para llenar agua y
 reponer sales, ya que vamos hacia un tramos de unos 25 kilómetros, 
entre Serra y Gátova, donde sólo dispondremos de unas garrafas de agua 
que ha puesto la organización en un tramo del recorrido para poder 
llenar agua otra vez, ya que durante ese tramo no hay fuentes, ni ningún
 lugar donde poder llenar agua. De hecho, una vez llegados al punto de 
agua, tenemos que llenar, porque a pesar de que no hace mucha calor 
debido a que el día está bastante encapotado, si que se suda bastante y 
se pierden muchos líquidos que hay que reponer para no deshidratarnos. 
 
 Es pasando éste punto de agua, donde comienzo a notar molestias en el 
vientre, pero no le doy mucha importancia y sigo marcha con mis tres 
compañeros. Pero esas molestias, en lugar de ir a menos, se acentúan y 
me hacen cambiar la forma de pensar. Me retraso un poco de Marce, Bau y 
Cesar y voy callado y dándole vueltas a la cabeza. Pensando que me 
quedan más de 70 kilómetros de carrera y que no voy nada cómodo. Y ya 
para rematar, con tan sólo 28 kilómetros de carrera, comienzan a 
visitarme mis famosos calambres. Vamos, que empiezo a verlo todo de 
color negro, pero a pesar de todo, nunca pienso en la retirada, ni se me
 pasa por la cabeza. En esos malos momentos, siempre se me pasa por la 
cabeza lo que más necesito en ese momento... si, todos vosotros, todos 
los que estáis ahí detrás apoyando, familia, amigos,... pienso en que no
 puedo fallar a toda esa gente que se que en un momento u otro de la 
carrera se está acordando de mi, que me está apoyando moralmente y que 
me empuja para seguir adelante. Es gracias a todos vosotros que no puedo
 pensar en dejarlo, así es que hablo con los compañero y decidimos parar
 otra vez para ver si puedo hacer de cuerpo y dejar atrás las molestias,
 pero no es suficiente y sigo con las molestias. Sigo unos metros por 
detrás de ellos, pero sin descolgarme del todo y dándole más vueltas a 
todo. Mi cabeza va a mil por hora y el problema no se soluciona, hasta 
que decido intentar expulsar los aires que me están fastidiando la 
carrera y, poco a poco, todo va saliendo y mi cara va cambiando. Los 
calambres siguen ahí, pero eso no me preocupa, mi mayor preocupación se 
está solucionando y eso hace que kilómetro a kilómetro me encuentre 
mejor física y psicológicamente. 
 
 Con ésta clara mejoría, 
llegamos ya a Gátova, kilómetro 50 de carrera y avituallamiento en toda 
regla. Allí nos esperan Lara y Patricia, las cuales nos van dando lo que
 les pedimos y nos van llenando las botellas de agua mientras nosotros 
vamos comiendo. Muy importante comer bien, ya que son muchos kilómetros 
los que llevamos y muchos los que aún nos quedan por recorrer, así es 
que me pongo a comer un plato con arroz y tomate, membrillo, chocolate, 
beber coca cola, membrillo,... de todo un poco para llenar las reservas 
energéticas del cuerpo y poder continuar en buenas condiciones.
 
 Nada más salir del avituallamiento, nos espera una fuerte subida, la 
cual hacemos andando para que no nos siente mal la comida. A esas 
alturas de carrera, la climatología comienza a cambiar, se va notando ya
 que nos vamos adentrando hacia el interior y que estamos a más altitud,
 pero nosotros seguimos con nuestra manga corta y nuestro buen ritmo de 
carrera. 
 
 A todo ésto, Marce sigue igual con su rodilla... 
aguanta como un campeón y sigue el ritmo como el que más. Pero sobre el 
kilómetro 55, es Bau el que ya hace un rato que no dice nada, se ha 
quedado un poco más atrasado y nos cuenta que tiene la sensación de 
haberse quedado vacío, sin fuerzas. No se encuentra bien, pero ahí está,
 corriendo junto a nosotros y haciendo camino. Es éste el momento que 
aprovecha Cesar para parar y abrigarse un poco, ya que hace aire y, a 
pesar de tener el siguiente control a 6 ó 7 kilómetros, decide pararse 
para abrigarse. Nosotros seguimos y al momento ya lo tenemos nuevamente 
con nosotros (está un puntito de forma mejor que nosotros y se nota). 
 
 A Bau no se le pasa esa sensación de flojera y de falta de fuerzas y 
entre todos le vamos animando, pero ni se ríe, ni comenta nada... está 
cabizbajo y sin ganas de nada. Le cuesta coger el ritmo y se le comienza
 a ver derrotado a pesar de todos los esfuerzos por animarle y darle 
todo nuestro apoyo.
 
 A falta de 3 ó 4 kilómetros para el control
 de Montmayor, nos pasa un grupo de 7 u 8 unidades y Marce y Cesar van 
haciendo camino con ellos mientras yo me quedo con Bau. Él no quiere que
 me quede, me dice que me vaya con ellos que el aunque sea andando que 
acabará la carrera, pero quedan casi 40 kilómetros y pienso que son 
muchos para que se quede sólo, con lo que trato de convencerlo de llegar
 juntos hasta el siguiente control, parar  comer, beber, descansar, 
cambiarnos y abrigarnos y seguir marcha poco a poco pero Bau lo tiene 
cada vez más claro. Finalmente me dice que lo deja, que en Montmayor se 
retira. Que vaya hacia delante y que no le espere, que se le ha hecho 
muy largo, que no se ve con fuerzas de llegar hasta la meta y me insiste
 en dejarlo y que continúe con la carrera. Me cuesta mucho dejarlo 
aunque falta poco para llegar al control, pero el insiste una y otra vez
 en que me vaya, que se enfadará conmigo si me quedo con él. Finalmente,
 decido irme hacia adelante y llegar al control para abrigarme, ya que 
empiezo a tener frío y la necesidad de comer, beber y recuperar un poco 
las fuerzas para afrontar los siguientes kilómetros yo sólo.
 
 Al
 llegar al control, aún siguen allí Marce y Cesar con Lara y Patricia. 
Les comento la situación de Bau y Cesar insiste en que cuando llegue Bau
 descanse y que no le dejemos retirarse, que descanse, que se alimente y
 se abrigue y que continúe. Ellos dos salen del control rápidamente, 
porque les dicen que van 4º por parejas y que los 3º están a 10 min. lo 
cual les da mucho ánimo y mucha oral para seguir adelante, incluso a 
Marce, que va pasando su particular calvario con la rodilla. Yo me quedo
 allí en el control, lo primero que hago es abrigarme... me pongo la 
camiseta térmica, el buff, los guantes,... y mientras Lara y Patri me 
llenan las botellas de agua y de sales, yo aprovecho para comer y 
descansar un poco mientras hago tiempo para ver si llega Bau, pero al 
rato, viendo que no llega y que comienzo a enfriarme, decido continuar 
camino.
 
 Salgo decidido, le doy un beso a mi alianza, otro al 
tatuaje con el nombre de mis hijos que tengo en la muñeca izquierda y , 
con la mirada al frente y las ideas muy claras comienzo a devorar 
kilómetros pensando única y exclusivamente en llegar a la meta. Poco a 
poco voy cogiendo y superando a participantes y animándolos, pero sin 
dejar ni un momento de pensar en mi objetivo. En éstos momentos me 
vuelven a venir a la mente todos esos seres queridos que seguís ahí 
detrás empujando con fuerza. La concentración es vital, ahora voy sólo y
 tengo que estar muy pendiente de las señales de la carrera para no 
salirme del recorrido. A todo ésto, yo sigo con mis problemas de 
calambres, pero es algo que tengo tan asumido a éstas alturas y tan 
controlado, que no me preocupa en exceso. 
 
 Poco a poco y con 
paso firme, me voy acercando a Sacañet, siguiente control, y al llegar 
allí, me encuentro a Bau, vestido ya con el chándal y, lo primero que me
 dice es que le perdone por haberme hecho perder tanto tiempo. Me alegro
 mucho de verlo, pero me jode el ver que ya no sigue en carrera. En 
cuanto a su comentario, le digo que no sea tonto, que no me ha hecho 
perder nada, que me he quedado con él porque es lo que tenía que hacer y
 que no hay ningún problema. Entramos en un local donde se avitualla a 
los corredores y allí están también como es a éstas alturas normal las 
infatigables Lara y Patricia haciendo la gran labor de ayudarnos y 
darnos ánimos durante todo el día. Me siento en una silla y entre ellos 
tres me van llenando las botellas, me traen un baso de caldo, un café, 
me como un sandwich de jamón y queso, un poco de membrillo y de 
chocolate y, después de descansar un poco y de que Bau me dijese que 
Marce y Cesar iban bien y me sacaban sobre 15 min., salgo de allí con 
las fuerzas renovadas y dispuesto a dar lo máximos de mi durante los 20 
kilómetros restantes de la carrera.
 
 Nada más salir me encuentro
 con Rafa, un amigo que va siguiendo a unos compañeros suyos que también
 están corriendo y quedamos en la meta para charrar. Siguiente reto, 
llegar al próximo control en Canales. Con esa premisa, me dispongo a 
realizar otra dura subida y claro, a éstas alturas de la carrera, las 
fuerzas ya no son las mismas que al principio, pero aún quedan bastantes
 debido a que he comido y bebido bien en todos los controles y durante 
la carrera, así es que me pongo a subir las cuestas caminando pero a 
paso ligero para no perder el ritmo. Y sigo pasando a corredores y 
dejándolos atrás, pero en un momento determinado de carrera, dejo de ver
 las señales del GR, pero detrás de mi vienen un par de corredores más. 
Les pregunto si han visto alguna señal recientemente y me dicen que no, 
pero que siga que es por donde vamos. Pocos metros más adelante, les 
digo que peguemos la vuelta que ese no es el camino, así es que volvemos
 hacia atrás hasta que encontramos las señales otra vez. Hemos perdido 
unos 10 min. con la pérdida, lo cual supone también que he vuelto a 
perder puestos en la carrera, pero me da igual, yo sigo a lo mío y voy a
 por el siguiente control.
 
 Una vez llego al control de Canales,
 a falta de tan solo 12 ó 14 kilómetros para la meta, decido parar a 
tomarme simplemente un caldito caliente, ya que por la zona que acababa 
de pasar hacía bastante frío y aire. Una zona que estaba toda quemada 
por el incendio de el verano pasado. Una lástima, el paisaje desolador. 
Aquello tenía pinta de haber sido precioso, pero sólo quedaban arboles 
quemados y la tierra negra. Un paisaje desolador al que sólo le faltaba 
para rematar los 3º de temperatura que hacía y el agua nieve que caía. 
Con todo ésto y después de ese caldo caliente que me tomo, emprendo 
marcha hacia el último objetivo del día, la meta situada en La Pobleta 
de Andilla, pasando 1.5km. de Andilla. 
 
 Bau, antes de salir, me
 dice que Marce va muy tocado ya de su rodilla y que Cesar sigue muy 
bien, como lo ha estado durante toda la carrera. Que me sacan unos dos 
minutos, con lo cual, decido dar todo lo que me queda para tratar de 
alcanzarlos y poder así llegar los tres juntos a meta. Para ello, aún me
 queda superar otra subida más, no muy lárga, pero a estas alturas de 
carrera, hasta lo más corto es muy largo jejeje... 
 
 Poco antes 
de coronar la subida, allá a lo lejos, comienzo a divisar a Marce y a 
Cesar. Van con otro corredor, pero poco a poco lo van dejando atrás a la
 vez que yo me voy acercando a ellos. Y es en la bajada, encarando ya 
Andilla, donde consigo contactar con ellos. Una bajada con bastante 
desnivel y que casca ya mucho las rodillas y mi empeine del pie 
izquierdo, el cual lleva ya unos cuantos kilómetros resintiéndose. 
 
 Por fin y después de correr sólo los últimos 35 kilómetros de carrera, 
contacto con mis queridos compañeros, y nada más cogerlos pregunto que 
como están. Cesar no hace falta que me conteste, ya se le ve que ha 
tenido un gran día y Marce ya va muy jodido, pero con ese punto de honor
 que le está llevando hacia la meta. Entonces Cesar me dice... Juanpa, 
vete hacia adelante que te lo has ganado. Esa frase me llena de orgullo,
 sobretodo viniendo de él, una persona curtida en el mundo de los Ultras
 y que me felicita por lo que he sido capaz de hacer los kilómetros 
finales de la carrera. Pero no, no me voy hacia adelante. No me importa 
mejorar el tiempo en varios minutos ni tan siquiera la posición. Lo que 
realmente me llena de ilusión es poder acabar la carrera con ellos dos 
(aunque lo perfecto hubiese sido hacerlo los cuatro... Bau, Marce, Cesar
 y yo). Así es que, los últimos kilómetros son de ánimos entre nosotros,
 de apoyo, de que ya está hecho, de que lo hemos logrado, todos los 
entrenes, todos los madrugones, todos los kilómetros hechos por y para 
ese objetivo,... todo eso se iba a ver recompensado en pocos minutos. Y 
así, con esa alegría y esa fuerza extra, llegamos a Andilla. La gente 
que está en la calle nos anima, nos aplaude y nos dicen que ya está 
hecho, que ya no queda nada, pero... aún falta una pequeña subida y la 
bajada a La Pobleta de Andilla, donde está situada la meta. 
 
 Y 
por fin, ahora si, a falta de 300m. encaramos la recta de meta. Vamos 
los tres juntos y decidimos que vamos a entrar en meta cogidos de la 
mano y con nuestro grito de guerra, y así lo hacemos, al grito de 
VAMOSSSSSSSSSSS!!!...
 
 Han sido 12 horas y 10 minutos los que hemos invertido en realizar los 96km. de que consta la carrera.
 
 Que momento, cuantas emociones, cuantos recuerdos de momentos vividos 
hace unas cuantas horas atrás, buenos, malos,... enseguida se acerca 
Bau, y todos juntos nos fundimos en abrazo del cual nunca me olvidaré. 
Ya somos FINISHER!!!...
 
 Enseguida fuimos a agradecer también su
 gran labor durante todo el día a Lara y a Patricia, ya que sin ellas, 
todo hubiese sido un poco más complicado.
 
 Después de una 
carrera de éstas características, durante las cuales vives tantas 
experiencias y tan diferentes, es verdad eso que dicen que interiormente
 y psicológicamente te sientes un poco más fuerte.
 
 Gracias por haber leído mi relato y espero haber conseguido poneros un poquito en situación.
 
 Un abrazo.